miércoles, 18 de febrero de 2009

Sé que no tengo excusa ...

Hoy he cometido un pecado, y de los grandes... He comido choricillos pequeños y salchichón pequeño... como unos 6 de cada...
Esta mañana se presentaba un día genial. Me levanté incluso media hora antes, ilusionada porque me iba a tomar mi cafetito tranquila con mis palitos de pan y jamón dulce ante el ordenador, mirando las actualizaciones de los blogs amigos, noticias en 20minutos...
A la hora del café en el trabajo me lo tomé. Comprendía una hora después que era mucha cafeína para el cuerpo pues estaba en tensión y mis manos al dejarlas inmóvil temblaban solas...
Decidí sustituir el café de mi casa por leche sola, con el pan y jamón ya que el de las 10 era una adicción difícil de superar y como no tengo más vicio que ese y apenas son 0,40€, prefería darme una alegría para el cuerpo. Creo que además del gusto de tomarte un café ante tanto papel, es más el poder excusarme para bajar y respirar un poco de aire puro, aunque fuera en un sótano.
Al mediodía, mi marido me tenía la pechuga de pollo en la plancha... Tuve que mirar dos veces a la parrilla pues madre mía, menuda pechuga... "Todo para mi?" Él se empezó a reír y me retó a ver si me la comía. Me preparé una ensalada de lechuga con tomates cherry y un poco de queso de cabra tierno, con gotas de aceite de oliva. Él, al igual que mi niña, tenía albóndigas del día anterior. Quedaba un plato, justo para mi, pero decidí ir a por el pollo.
El postre lo de siempre, y la pechuga de pollo... Sobró un poco. Hasta yo me sorprendí... Pero con todo y con eso, a las 16:00 h ya tenía una hambre que me subía por las paredes. Quedaba una hora para poder salir a la calle con mi hija e ir a comprar las últimas adquisiciones para los carnavales, que pintan muy bien, hasta nos han invitado a una fiesta de la cual ya te hablaré.
Iba tranquila por la calle, tanto como se puede estar en una ciudad donde está rodeada de comercios y es la hora en que los críos salen de la escuela todo alterados con ganas de llegar a sus casas y que sus mamas les haga la merienda y luego a hacer los deberes... (eso debería de ser así)
Mi hija disfruta con los niños. Dice que quiere ir al colegio.. Pobreta... Cuando llegue el momento ya verá...
Pues iba por la calle, como bien he dicho y visualicé un par de ambulancias muy cerca. Luego dos patrullas de mossos de escuadra. No me gusta pararme en los lugares de mucha acción por respeto. En estas situaciones, me suelo poner en el lugar de las víctimas y no me gustaría que miles de curiosos estuvieran ahí, mirando. Estaban los cuerpos del orden y los sanitarios, todo controlado. Pero me tropecé con mi vecina de al lado... "Sabes lo que ha pasado?"... Me contó los hechos... No los quiero hacer públicos, sea por mi prudencia, mi respeto o por lo que sea. Es algo muy fuerte que me ha sentado muy mal.
No es que los conozca de toda la vida, pero sabía quien era.
Sobrecogida he continuado con mis charlas "adivinatorias" ya que más de una vez no sé qué me dice mi hija (dos añitos y habla de todo al mismo tiempo, no traga ni saliva) y he realizado mis compras. Se me hizo un nudo en el estómago. Hoy mi marido llega tarde, no sé qué hacer de cena para cuando él llegue que esté lista, así que me metí en la tienda de embutidos ibéricos y me compré, a parte de un jamón serrano muy bueno, de la casa, unos choricillos con piel y unos salchichones del mismo tamaño...
Mientras le preparé el jamón con pan a mi hija, me puse ante la pantalla del ordenador y ahí empezó mi momento de placer y disgusto al mismo tiempo.
Hay qué ver como manipula la mente. Podía haber cogido un poco de ese jamón, que la simpática me recomendó comer en estados de ansiedad, sin grasa visible, y me aferré a esos otros embutidos.
La cena no fue. Me terminé un "petit-suisse" que mi niña dejó a medias y aquí estoy ahora.
En mis estados de ansiedad, nerviosismo me pongo a comer descontroladamente. Mientras no haya nada en la despensa estoy a salvo, pero como esté en la calle...
Sé que no tengo excusa, pero bueno...
Siento lo que ha ocurrido en esta familia... Desde aquí, en mi lugar anónimo les doy todo mi apoyo moral... Sé que de esto no se olvidarán... Pero deseo que puedan sobrellevar la pena lo mejor posible.
Bueno amigo diario, aquí estoy esperando tu reprimenda... Sé que no tengo excusa...

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